Para esta receta podemos elegir entre un montón de hortalizas y verduras, en este caso la hemos hecho sencilla con solo tres ingredientes, pero también podríamos haber usado zanahoria, rabanitos …
- Ingredientes:
-
– 1 Calabacín
-
– 1 nabo
-
– 1 tomate
-
– Sal, aceite de oliva y las hierbas que te gusten para aderezar
-
ELABORACIÓN:
Tan fácil como pelar los ingredientes, y cortarlos lo más fino posible, en este caso yo usé un pela-patatas para el nabo, de forma que queda casi transparente.
El calabacín con una mandolina, un poquito más grueso.
El tomate elegido ha sido el «corazón de buey», podemos usar cualquier variedad, me gusta este en crudo porque su piel es más fina, la pulpa carnosa y tiene poca semilla.
Vamos poniendo capas y aderezamos con un poco de sal (sin abusar), un generoso chorretón de aceite de oliva virgen extra, una pizca de pimienta negra y, si te gusta, una especia seca en hoja, como podría ser el orégano, le va muy bien.
PROPIEDADES NUTRICIONALES:
Sigue haciendo calor, y como ensalada es muy refrescante. Por una parte tenemos la base del calabacín, que por su alto contenido en agua es ideal para dietas de control de peso. El tomate, que también tiene bastante agua, nos aporta, además de vitaminas y minerales, un potente antioxidante, el licopeno. El nabo, que me encanta por su sabor ligeramente picante, sin a penas calorías, nos aporta vitaminas como la C y las del grupo B y folatos, que favorecen la producción de anticuerpos en nuestro sistema inmune. Desde la medicina tradicional china, se dice que en otoño nos interesa tomar alimentos de color blanco y picantes para favorecer la energía del pulmón, y ya sabemos que es en otoño cuando se dan los primeros resfriados….. también por eso hemos utilizado para el aderezo la pimienta negra.
.